En la industria alimentaria, la higiene es más que una recomendación; es una obligación.
Se trata, por tanto, en garantizar que los alimentos que se producen, procesan y llegan al consumidor están libres de contaminantes que puedan causar enfermedades.
A mí eso no me pasaría. ¿Cuántas veces has oído esa frase? Incluso, admítelo, más de una vez ha salido de tu boca… Sin embargo, a todos nos viene a la memoria alguna situación en la que la falta de higiene en un bar o restaurante ha sido la protagonista. Puede ser un baño sucio, una cocina llena de grasa donde la falta de higiene es la protagonista, un almacén con inquilinos diminutos pero muy asquerosos o una sala o comedor donde las mesas, la barra o el suelo no ha visto un producto de limpieza desde hace tiempo.
Siempre, siempre, siempre, antes de cualquier acción, puesta en marcha o implementación debes analizarlo todo… ¿Cuántas veces te he hemos hablado de que cada detalle cuenta? Y es que, a veces, en lo más simple, en algo tan cotidiano como es el agua puede estar la clave para que todo fluya a la perfección o, por el contrario, ahí esté la causa de muchos problemas.
Cada año, la prestigiosa Universidad de Oxford elige una palabra que define las tendencias y preocupaciones de la sociedad. Para este 2024, la palabra escogida ha sido "brain rot", que vendría a ser algo así como “podredumbre cerebral" para reflejar “el supuesto deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente como resultado del consumo excesivo de material considerado trivial o poco estimulante, experimentado en el mundo digital”.
En residencias de la 3ª edad y geriatrías, la higiene es más que una tarea rutinaria, es una forma de proteger la salud y el bienestar de personas y, aunque no todas las bacterias son dañinas, algunas pueden causar infecciones, especialmente en personas con sistemas inmunodeprimidos.
Es aquí, entonces, donde entra en juego la importancia del lavado industrial. Si por algo se distinguen este tipo de lavado es la capacidad que tienen para eliminar las manchas más difíciles y eliminar gérmenes de los textiles, gracias a las máquinas y a los productos de higiene profesional que se utilizan.
